Los cuatro datos que no sabías de la pintura “Lección de danza” de Degas
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Edgar Degas era un aficionado del ballet desde que inauguraron La Ópera de París en 1875, uno de los recintos de arte más renombrados en el mundo, a donde se llevaron en aquella época múltiples piezas de ballet, a las cuales Degas asistía, observaba y disfrutaba minuciosamente.

Esta obra es una de las más famosas de su repertorio, ya que pone a prueba todos sus conocimientos en composición de tal forma que logra conseguir destellos de movilidad ante el espectador.

Degas enfrentó los retos que le presentaba esta pintura a través de la perspectiva, el manejo de los distintos planos y de los elementos que contiene el salón, además de usar el factor más importante: la luz, como un elemento unificador del ambiente.

Degas no buscó retratar la belleza o el simbolismo erótico que representaban las bailarinas en su época, sino las muchas horas de ensayo, de esfuerzo físico como las lesiones, el hastío, el sudor y las lágrimas para lograr la gracia del ballet.

Después de esta pequeña introducción te contamos los cuatro datos más interesantes de esta pintura:

El maestro Perrot:
De pie en el centro del salón, el maestro dicta la clase, al parecer por la dirección de su cabeza está instruyendo a la bailarina que tiene enfrente. Él es el centro de referencia de lo que sucede en el espacio y todos los personajes parecen distraídos.
Se realizó un estudio con rayos equis que demuestra que la mirada del maestro está dirigida al fondo de la sala, donde están las madres de las bailarinas.

Vigilancia materna:
Las madres que acompañan a sus hijas prestan suma atención a lo que hacen, práctica donde han depositado sus esperanzas de ascenso social. Pero de nada les servirá a las jóvenes el sacrificio si sus madres no saben elegir el pretendiente adecuado entre los muchos asistentes de “este mercado de muchachas”, como le llama el crítico de arte Paul Lafond.

El perro y la bailarina:
El perro terrier que olisquea la pierna de la bailarina, cuyo pie está paralelo a la línea diagonal del suelo, es uno de los elementos más importantes en la composición de esta obra. Este detalle es un punto de referencia del espacio vacío. El pintor ofrece una espontaneidad calculada y precisa composición.

El descanso:
Al fondo, un grupo de bailarinas descansa indiferente a las instrucciones del maestro: una se masajea el cuello, otra con los brazos en jarras marca una línea diagonal invisible y otra abre las piernas y pone los pies en punta.

¿Observaste estos detalles? Esperamos que los hayas disfrutado. ¡Te esperamos en el siguiente blog!

Bibliografía:
Grupo Milenio (2008), Degas, Editorial Sol 90, Barcelona.
 
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